Procrastinare

C.
2 min readJan 27, 2021

La tarea pendiente es como un fantasma que no se debe mirar directamente a riesgo de espantarlo, porque hay la clandestina esperanza de que allí tranquila, en un lugar oculto que se percibe como una bolsa o un estomago reservado, se encargara de producirse a sí misma. Es esa especie de confianza ciega en la buena voluntad del mundo, propia de aquel que secretamente calcula el resultado mientras mantiene una fe en que nada podría salir mal. Entonces, la idea se queda macerando en el condimento de la procrastinación, esperando el momento en que el principio de realidad obligue a ponerse a trabajar. El mañana llega algún día, y mejor si existe, digamos, una seña o un vestigio de castigo o premio perceptible. Nadie dirá que es imposible que este método funcione. Libertad de preparación interna y ejecución por imposición externa. Lo que llamamos bloqueo escritural puede tener tantas formas como personas somos. ¿De qué se trataría acabar, salir del bloqueo procrastinador? La autoayuda blogística está llena de textos y consejos sobre el mejor modo de entrar en obra, obligarse a producir, llegar a las metas. Pero probablemente tenemos la experiencia de que lo que está enganchado en un momento improductivo no es siempre una falta de método, sino una ruptura del placer. Lo que llaman flow state no es solo un espacio cognitivo, sino también un encuentro entre placer y trabajo que logra suspender la relación con lo cotidiano. El desencuentro entonces es el ingreso avasallador de la vida como pendiente, habitual, regular, que re-dirige a un objeto improductivo y a la vez inevitable, nuestra disposición subjetiva. Dificultad de la tarea entonces, llena de un misterioso halo impensable que como escudo protector hace rebotar cualquier intento de ejercer sobre ella la actividad de transformación en algo nuevo. Dificultad del mundo que lleno de una abierta disposición a prestarse en el presente a la interrupción de lo que interrumpiría su regularidad, la creación, permite la fisura entre el tiempo inmediato y un tiempo por venir de la realización. ¿En qué se funda ese escudo protector? ¿En qué rebotan nuestros movimientos? Más que quedarnos en una tranquilizadora oposición entre goce mortífero y placer productivo, cabría mejor detenerse a considerar minuciosamente esos tiempos y objetos del mundo a los que termina destinada nuestra energía. No tomar la detención improductiva como el signo a leer, sino en cambio aquel lugar donde caímos al rebotar en el intento. Extraer de ello la punta de nuestra verdad evitativa.

--

--

C.

Notas fragmentarias y rápidas, para esquivar la neurosis y derrotar el olvido.