Quimeras aplastantemente tristes en “Girl with fish” de Feeble little horse.

C.
3 min readJun 27, 2023

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“Girl with fish” album cover

Guitarras ahogadas dan lugar a un rito de histérico de convencimiento en “Freak”, la canción que inaugura el segundo álbum de Feeble Little Horse. La voz repite “sé que me quieres rarito”, un posicionamiento del peso de la acción sobre el otro, primera canción y también obligación del primer paso. “Tin man” continúa en cambio en una guitarra saltona en un riff repetitivo con sonidos de latas y metales de camping — el mismo hombre de hojalata caminando, que sostienen un reclamo contra el aburrimiento de pucheros y sus complicaciones. Las guitarras rompen en un momento, como para marcar que el escape que se realiza es causado; “destellas tristeza” se acusa y se le descubre “todo oxidado y goteante” mientras melodias fuzzeadas y octavas al borde del silencio en pitidos imposibles dramatizan una despedida. La falsedad es la marca del reclamo: “Todas tus palabras son cosas brillantes robadas” y el hombre de hojalata debe brillar para ser abollado de nuevo.

Una imperceptible transición nos lleva a “Steamroller”: una balada pixieana — me recuerda “The thing” — , con una progresión simple pero efectivamente puesta en marcha por el bajo de suspenso y los adornos navideños del fuzzeo puntilludo de la guitarra, transformado en figuras culebreras en el intermedio. Liricas en cambio que hablan de un hastío profundo en la vergüenza: “no puedo cargar el peso de sentirme manchada” y en la fijeza concreta de los afectos de una relación con sonrisas que parecen de cemento y el sexo reducido a la más básica y fastidiosa nutrición.

Así la suave calma entre suicida y zen de “Heaven” es la consecuencia lógica del cansancio, dormir y esperar despertar en el cielo con lentos acordes y la pequeña compañía del fuzzeo en la distancia, casi acústico; para luego levantar las voces saltonas en el tarareo de Slocum. “Paces” en cambio entra con un ritmo levantador y una melodía popera entusiasmada que solo se cae a melancolía en el coro: de nuevo las marcas en el cemento o el concreto, el nombre de algo enterrado en el parque que se pudre lentamente. Pero la historia en realidad es estar enganchada en un círculo interminable o en un paseo idiota. Una suerte de desesperanza romantizada por pequeños acicalamientos sintéticos y brillantes que construyen el coro.

“Sweet” produce un salto en el disco, surge una complejidad arpegiada y un juego de voces respondientes, que sin embargo no logra enganchar muy bien. En cambio, el coro continua con la planitud atmosférica del álbum, con imágenes de encierro, dientes agujereados y la contradictoria idea de tener que realizar un trabajo de digestión con algo bueno. “Slide” vuelve a un tono más escapista donde el descubrimiento de un espacio de refugio y confianza, “un simple sueño imprescindible sobre un lugar para esconderse”, es también traicionado por la percepción de un exceso en los afectos, “es un gran amor, se pone ruidoso”, o una simple incomodidad en el encuentro que se vuelve un ahogo indecible.

La preciosa “Healing” metaforiza la esperanza de la sanación en un proceso que no es sin repeticiones ni marcas, “Resta tierra en el hoyo, cuando sacamos la planta, veo dónde estuvo”, con un suave trabajo de la voz, y su desaparición en ciertos momentos, así como ronroneos gatunos paseando por las guitarras. Quizás “Pocket” sea la canción que mejor condensa el sentimiento general del álbum, la más hit de todas también, que además describe la inseguridad de producirle a alguien vergüenza y ofrecerle un refugio, con una entretenida fuga coral sobre un pasado romántico que sigue penando. “Station” repite el tópico de la incomunicación con una melodía en líricas sin muchas luces, siendo principalmente instrumental y liviana.

“Heavy water” cierra el álbum recuperando la construcción que se mueve hacia un corte que produce el ruido oral, escuchada con frecuencia al inicio. Ahora el relato se inclina a la resolución, “Agua pesada, flotamos sobre ella, si te gusta, podemos quedarnos”, con un riff trepador y la madurez de una superación, “empápate, evítalo, todo para ahogar lo mismo” que es una promesa vacía a la que agarrarse con el fervor del ruido para lograr habitar una desesperanza general aceptada en “Girl with fish.”

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Written by C.

Notas fragmentarias y rápidas, para esquivar la neurosis y derrotar el olvido.

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